La ordenanza municipal regulará los llamados espacios de experimentación urbana, entornos delimitados donde se podrán desarrollar estas pruebas, que sirven para validar soluciones innovadoras con impacto en la gestión urbana. La iniciativa busca establecer un marco jurídico que facilite la realización de estas pruebas y, al mismo tiempo, acelere los procesos que implican hacer actuaciones experimentales en entornos reales, y que requieren diferentes permisos.

Una característica de la ordenanza, que ya han adoptado otras ciudades del Estado, es que incluye todas las tipologías de espacios de experimentación que identifica la Unión Europea, como los sandbox, test bed y living labs. En el ámbito de la innovación y la tecnología, el término sandbox se refiere a un entorno seguro y controlado donde se pueden hacer pruebas y experimentos de nuevas tecnologías, servicios o modelos de negocio sin afectar a los usuarios o al mercado en general. En una ciudad, estos espacios pueden ser, por ejemplo, espacios físicos como calles, o equipamientos como oficinas, bibliotecas o espacios deportivos, o acontecimientos de la ciudad, como festivales musicales, fiestas mayores y pruebas deportivas.

Barcelona consolida, así, su papel como laboratorio vivo de innovación urbana y de transformación capaz de generar, absorber y escalar soluciones innovadoras, útiles para la ciudad y replicables en otros contextos urbanos.

En la propuesta de ordenanza ha participado el sector, con el cual se ha querido reforzar la capacidad de adaptación de la norma a futuros retos y tecnologías que se encuentran emergentes.