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Puntos de interés de la ciudad

La Barcelona literaria

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    Una musa literaria

    Barcelona esconde escenarios literarios en numerosos rincones. Ha protagonizado novelas de éxito como La ciudad de los prodigios, de Eduardo Mendoza, que la describe en medio de dos exposiciones internacionales y entre el parque de la Ciutadella y Montjuïc; La sombra del viento, de Carlos Ruiz Zafón, que se sumerge en el districto Ciutat Vella entre libros y librerías; y La catedral del mar, de Ildefonso Falcones, que explica la construcción en el siglo XIV de la basílica de Santa Maria del Mar. Además, algunos de sus barrios están estrechamente ligados a escritores que nacieron y vivieron en ellos, y que los transformaron en el territorio de sus personajes en numerosas obras.

    El Raval

    En Diario del ladrón,el escritor francés Jean Genet, que tiene dedicada una plaza en el Raval, reflejó el Barrio Chino en la década de los años treinta del siglo XX. Esto fue poco antes de que nacieran tres escritores que han compartido con sus lectores su universo de niñez. Manuel Vázquez Montalbán transformó su barrio natal en el territorio de sus novelas negras protagonizadas por el detective Pepe Carvalho y, como cronista gastronómico, popularizó restaurantes como Casa Leopoldo y Ca l’Isidre. El cinéfilo Terenci Moix despertó a la sexualidad en un barrio de mediados del siglo XX y explicó sus memorias en una trilogía titulada El peso de la paja, en referencia a la plaza situada junto a la ronda de Sant Antoni. Maruja Torres situó en la calle de la Unió la infancia de la protagonista de Un calor tan cercano, aunque ella se define como una nena del Raval convertida en una señora de L’Eixample.

    Un Eixample femenino

    Son precisamente las mujeres las que mejor han retratado L’Eixample barcelonés. Lo hizo Carmen Laforet en Nada, con la plaza de la Universitat y la calle de Aribau como puntos desde los que descubrir toda la ciudad; también Mercedes Salisachs, que en La gangrena captó el ambiente de una sociedad burguesa que hizo de L’Eixample su emblema; pero sobre todo, Montserrat Roig, que retrató sus paisajes e interiores y a sus habitantes en una obra prolífica e, incluso, explicó detalles de la historia del barrio en su libro Dime que me quieres aunque sea mentira.

    De Gràcia al Guinardó

    Otra mujer, Mercè Rodoreda, hizo de Gràcia uno de los terrenos literarios más emblemáticos de la ciudad al convertir la plaza del Diamant en el centro del universo de Colometa, su personaje más querido. Poco después elevó la calle de las Camèlies, en el barrio vecino del Guinardó, a la categoría de clásico de la literatura catalana, puesto que le puso su nombre a una novela.

    Rodoreda comparte estos barrios con otro de los escritores barceloneses que más han dado a conocer su ciudad al mundo: Juan Marsé. A lo largo de numerosas obras, Marsé ha hecho que sus personajes se movieran por el Guinardó, Gràcia, la Salut y el Carmel, y que se detuvieran en numerosos rincones. El bar Delicias de la carretera del Carmel, donde el Pijoaparte de Últimas tardes con Teresa mataba las horas, es el mejor lugar para saborear los escenarios de este escritor.

    La lírica de la zona alta

    La gracia de la literatura también ha tocado el distrito de Sarrià - Sant Gervasi, ya que es cuna y residencia de figuras destacadas, como los hermanos Goytisolo los novelistas y ensayistas Juan y Luis y el poeta José Agustín y los poetas Joan Maragall, Jaime Gil de Biedma, Joan Brossa, Joan Margarit, Joan Vinyoli, etc. Jardines como los del Turó Park, el Turó del Putxet o Monterols han sido rincones inspiradores y escenarios de poemas que invitan a realizar un recorrido de lo más lírico.

    Sin embargo, para adentrarse en las calles del viejo Sarrià dulcemente hay que hacerlo con Josep Vicenç Foix, el hijo de unos pasteleros del barrio que, trabajando en el obrador, se convirtió en el poeta vanguardista catalán por excelencia. La pastelería Foix de Sarrià, que actualmente tiene dos locales en este barrio, es toda una institución y un lugar de peregrinación para los amantes de los deliciosos dulces y de las buenas letras. Lo fue para Vázquez Montalbán, que solía detenerse de camino a su casa, en Vallvidrera. El escritor del Raval eligió este barrio de casas unifamiliares situado en medio de Collserola para vivir su madurez y para que su personaje Pepe Carvalho viviera en él. Es con Vázquez Montalbán con quien hay que asomarse a los miradores del paseo de las Aïgues para contemplar una ciudad literaria que se transforma continuamente.