Anhelo de progreso

En una época difícil para las ideas progresistas en España, la valentía del cliente, Gustavo Gili, y el saber hacer de los arquitectos Joaquim Gili y Francesc Bassó dieron como resultado un edificio pionero: la Editorial Gustavo Gili, fundada en Barcelona en el año 1902. Se reivindicaba así la adopción de la arquitectura moderna como movimiento propio de la era contemporánea.

En busca de la arquitectura contemporánea

La sede de la Editorial Gustavo Gili sigue las doctrinas principales de la arquitectura racionalista: uso de los nuevos materiales, supresión de decoración superflua, supeditación de las formas a la función, coherencia con el entorno y aprovechamiento de la luz natural. Los arquitectos se habían formado con las teorías del GATCPAC (Grupo de Artistas y Técnicos Catalanes para el Progreso de la Arquitectura Contemporánea) y eran firmes defensores de la nueva arquitectura ante clasicismos obsoletos.