Bulevar modernista

El paseo de Gràcia es una de las avenidas más señoriales y elegantes de la ciudad: en el corazón de L’Eixample, la burguesía de principios del siglo XX la pobló de espectaculares edificios que todavía hoy maravillan a los visitantes. Atesora joyas arquitectónicas como la Casa Milà —La Pedrera— y la Casa Batlló, del arquitecto modernista Antoni Gaudí; las también modernistas Casa Amatller, de Josep Puig i Cadafalch; y la Casa Lleó Morera y la Casa Fuster, de Lluís Domènech i Montaner.

Un paseo exclusivo

Antiguamente se llamaba camino de Jesús: era un camino rural que unía la ciudad con la villa de Gràcia. En 1906, el arquitecto Pere Falqués asumió el diseño del paseo: todavía podemos sentarnos en sus espectaculares bancos de mosaico blanco, que son, al mismo tiempo, las bases de las farolas más bonitas de la ciudad. Su pavimento es otra marca inconfundible: los panots Gaudí, baldosas hexagonales diseñadas por Gaudí en 1904, decoradas con motivos florales, que la ciudad recuperó a finales del siglo pasado en un homenaje al arquitecto catalán más internacional. Actualmente, el paseo de Gràcia es uno de los ejes comerciales más exclusivos de la ciudad,con establecimientos comerciales de alta gama y una oferta gastronómica y hotelera de primer nivel.