El Jardín Vertical de la calle de Berlín funciona como un enorme pulmón de 250 metros cuadrados que se encarga de limpiar el aire de polvo, humos y contaminación, además de dar cobijo a diversas especies de animales y vegetales. El derribo de una antigua edificación en la confluencia de las calles de Berlín y del Marquès de Sentmenat dejó al descubierto una pared medianera que causa especial impacto por su gran visibilidad. El proyecto de remodelación de este muro, transformado en el primer jardín vertical de la ciudad, utiliza la materia viva como argumento. Una estructura metálica hace de esqueleto de soporte del jardín con varios balcones que sustentan las plantas. El jardín toca el suelo mediante un muro de piedra que se extiende hacia el pavimento del chaflán. Se compone de una base verde sobre la que brotan varias plantas con flor que van variando de color a lo largo del año. Este pedazo de naturaleza favorece la colonización de especies animales, principalmente de pájaros.