Esta plaza rinde homenaje a esas canciones llegadas de la antigua colonia de Cuba, a mediados del siglo XIX. Los primeros en cantarlas fueron los viajantes, comerciantes y marineros, que surcaron las aguas del Atlántico para hacer fortuna en ultramar. Las letras de las primeras habaneras evocan el exotismo del paisaje caribeño y nos hablan de historias relacionadas con el mundo marinero. No es extraño, pues, que las habaneras arraigaran profundamente en los pueblos marineros de la costa catalana, donde solían cantarse en las tabernas, acompañadas de ron cremat. El barrio también cuenta con una sardana propia, titulada Els Indians, escrita por Joan Guirao y musicada por Tomàs Gil, en 1987. La sardana se cierra con un tributo a aquellos que, según la tradición popular, fundaron el barrio: “Heus ací el nostre homenatge / als qui van saber tornar / i fundar, amb seny i joia / l’antic barri dels Indians.” [‘He aquí nuestro homenaje / a quienes supieron volver / y fundar, con sensatez y alegría, / el antiguo barrio de los Indians]