Un bosque urbano

El Turó de la Peira no es un simple parque más, ya que tiene una atmósfera casi forestal. Ubicado en el distrito de Nou Barris, tiene como puertas de acceso los barrios de Can Peguera y del Turó de la Peira, que lo rodean, lo envuelven y lo mantienen casi en secreto. Con cerca de ocho hectáreas de extensión, adentrarse en su frondoso pinar y disfrutar del olor de la vegetación mediterránea invita a perder la noción de estar en una ciudad.

Fue inaugurado como parque público en el año 1936, durante la Segunda República, y ocupó los terrenos de una antigua cantera que había sido propiedad de la marquesa de Castellbell. Ampliado y remodelado en 1977, se rehabilitó integralmente en el 2007, cuando adquirió sus dimensiones actuales y las nuevas instalaciones con las que cuenta.

Alcanzar la cima

El parque sube por la colina que le da el nombre, en una espiral de caminos circulares que llevan hasta la cima. También hay escaleras de piedra que permiten llegar arriba del todo en un itinerario recto. Por el camino, se abren espacios para reposar, con bancos, plataformas, juegos infantiles y áreas de pícnic. El paisaje va cambiando; las zonas ajardinadas y con césped predominan en la parte inferior, y el frondoso bosque de pinos se encuentra en la parte más alta.

Se vaya por donde se vaya, todos los recorridos conducen hasta la cima, situada a 140 metros de altitud, presidida por una cruz y donde se abre un mirador impresionante. Llegar es todo un regalo, ya que desde allí se contemplan unas vistas únicas de la ciudad de Barcelona, de 360°, que permiten observar al mismo tiempo la sierra de Collserola y el mar.