Imponente equipamiento inaugurado en 1889 como respuesta a una creciente demanda social para mejorar la asistencia a los enfermos. Los promotores fueron el doctor Emili Pi i Molist y el arquitecto Josep Oriol i Bernadet. Tomando como modelo los mejores psiquiátricos de la Europa occidental, trabajaron juntos en este ambicioso proyecto entre 1855 y 1860. Su estructura funcional y el tratamiento que recibían los enfermos, con terapias basadas en las actividades agrícolas, manuales y artísticas, hicieron de este uno de los manicomios más modernos y avanzados de su momento.
Con una extensión de 700 metros de largo y 240 de ancho, constaba de 12 pabellones simétricos que podían acoger hasta 700 pacientes. Contaba con habitaciones, comedor, cocina, salas de reunión, talleres de trabajo, biblioteca, enfermería, baños, teatro e incluso una iglesia. Entre los diferentes cuerpos del edificio, había 16 patios interiores ajardinados que creaban un ambiente de tranquilidad. El edificio separaba a hombres (pabellones de la derecha) de mujeres (izquierda), que a su vez estaban divididos según la clase social, la enfermedad que padecían y la edad. Cuidaban de los enfermos dos hermandades religiosas, una masculina (Hermanos Hospitalarios de la Santa Cruz) y una femenina -(Hermanas Hospitalarias de la Santa Cruz).
A lo largo de los años sesenta del siglo XX se derribaron varios pabellones para poder construir los polígonos de Barcinova y Calinova. En 1987 se marcharon los últimos enfermos. Actualmente, el edificio está ocupado por la sede del Distrito de Nou Barris, así como por otras dependencias municipales y servicios de titularidad pública, como el cuartel de la Guardia Urbana o la Biblioteca de Nou Barris. La iglesia permanece cerrada.